Cuando se trabaja demasiado o de forma muy competitiva por ejemplo la carrera del ratón puede manifestarse como una actividad que no compensa y con poco propósito, aunque se gane dinero.
Si además una actividad origina que los gastos tiendan a crecer al mismo tiempo que las ganancias poniendo éstas en peligro o si se siente que el dinero siempre es poco o que no se ahorra lo suficiente, se han de buscar alternativas para conseguir un equilibrio y una vida más armoniosa.
Las largas horas, la presión, el tiempo dedicado a los desplazamientos, la contaminación de las grandes ciudades, las aglomeraciones o tener menos tiempo para la vida social y familiar son factores que generan infelicidad y que no permiten disfrutar de los beneficios de la prosperidad económica y de un mejor nivel de vida.
Escapar de la carrera del ratón es posible cambiando la actitud y priorizando el estilo de vida deseado para ganar en libertad e independencia y tomando decisiones según los recursos de cada uno y administrándolos.
En determinadas ocasiones cambiar de trabajo o de condiciones puede ser necesario, beneficioso y satisfactorio para la persona y para sus expectativas personales y profesionales, y transmitir en la empresa ese incorformismo puede ser un gesto que demuestre seguridad y una buena idea para dar una oportunidad a la negociación.
También es una opción conjugar los ingresos fruto del esfuerzo directo y del tiempo que se dedica a realizar esa actividad -el salario- con otros ingresos, los pasivos que entran en el bolsillo sin necesidad de dedicar tiempo y esfuerzo y que son muy gratificantes.
Ingresos que pueden venir de rentas de alquiler, de ventas o comisiones recurrentes o de la propiedad intelectual por ejemplo.
"El hombre absurdo es el que no cambia nunca"
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