En la vida tomamos decisiones continuamente, no es posible no decidir. Cuando no decidimos es porque "decidimos no decidir" y podemos acabar donde no queremos, donde otros quieren que estemos.
Las decisiones son elecciones entre varias alternativas que pueden tener efectos inmediatos o a largo plazo, según la ciencia tomamos miles de ellas al día aunque solo somos conscientes de un 1%, un porcentaje que puede ser determinante porque al final la vida es el resultado de acciones que van sumando y que a la larga marcan la diferencia. No son las circunstancias, son las decisiones.
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Así pues, el presente es el resultado de la acumulación de todas las decisiones tomadas a lo largo del tiempo.
Una buena actitud para asumir errores pasados permite reflexionar y reconocer decisiones que fueron equivocadas generalmente basadas en lo que otros esperaban, no en lo que uno quería.
Pero el fracaso es necesario para el triunfo en la vida de cualquier persona, es un hecho indiscutible, estadístico, difícil de rebatir.
La vida de cualquier gran hombre o mujer también está llena de fracasos y malas decisiones que supusieron el comienzo de un periodo de aprendizaje y de humildad, la travesía del desierto necesaria para alcanzar las metas.
Al tomar decisiones importantes el estrés cuenta, la persona estresada puede equivocarse más facilmente. Acciones como mirar al pasado y analizarlo, escribir a mano para clarificar ideas, o evitar el multitasking pueden ser beneficiosas.
En el ámbito de la empresa existen distintos procesos en la toma de decisiones que se clasifican según el nivel de impacto y los actores involucrados: decisiones directivas, operativas, estratégicas, tácticas etc. cada una con sus características. El objetivo principal es encontrar la mejor solución ante una o varias necesidades que afectan a la organización, además, se establecen acciones para cumplir con los objetivos marcados. Cualquier decisión que se tome dentro de la organización supondrá un impacto ya que el rumbo que tome la empresa dependerá de ello.
Solo el hecho de saber reconocer errores nos ofrece mejores oportunidades en la empresa y en la vida. Un texto muy acertado en el que defines el a mi juicio como un buen modelo de mirar la vida.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.
Yo también pienso lo mismo, reconocer los errores propios abre puertas porque se aprende de ellos. Además aceptar es fundamental para crecer.
EliminarUn abrazo Miguel.
Ante todo, gracias por compartir tan buen contenido.
ResponderEliminarLa humildad es algo básico para reconocer los errores e intentar corregirlos, en mi opinión. Analizar el pasado e intentar trasladar al presente aquello que hiciste, para aprender cómo debes hacerlo ahora, es un buen camino. Estoy de acuerdo en que por la mañana se toman decisiones más fácilmente. Además, he comprobado que si te desvelas de madrugada y escribes lo que tu cerebro esté pensando verás que es un momento creativo, lo que puedes aprovechar también para decidir.
Te invito a pasarte por mi marcosplanet.blog y comentar alguno de mis posts.
Gracias de antemano.
Hola Marcos.
EliminarRespecto a tu magnífico blog sabes que soy seguidor y que lo leo y comento.
Sobre el tema de las decisiones se trata de buscar el mejor momento del día que no siempre es el mismo para todos. Cuando tomamos una decisión importante utilizamos energía destinada también a afrontar el resto del día, eso puede implicar que la mente se fatigue. Si se continúa tomando decisiones en la misma jornada puede ocurrir el efecto contrario al deseado, que se produzca una mala toma de decisiones.
Saludos.
Qué gran verdad. Una decisión en un momento determinado puede cambiar el rumbo en segundos. Es emocionante esta vida y cómo somos capaces de arreglárnoslas en ella. Abrazo grande
ResponderEliminarSí, somos lo que decidimos ser aunque a veces no reconozcamos la importancia que tienen las decisiones que tomamos.
EliminarDurante la juventud por ejemplo tomar decisiones acertadas sobre aspectos claves exige un amplio trabajo de reflexión que va a ser determinante para el futuro.
Un abrazo Amaia.
Totalmente! El fracaso es necesario y no tendría que verse como algo negativo, sino como un paso hacia la consecución de algo que queremos o necesitamos. En los fracasos se puede aprender mucho.
ResponderEliminar¡Un abrazo gigante!
Hola Yolanda gracias por comentar. Yo también pienso que equivocarse es necesario aunque hasta cierto punto cuando hay dinero por medio. Viéndolo como aprendizaje, el fracaso enseña la importancia de la humildad que nos equipara a todos o que nadie es infalible por ejemplo. Un abrazo.
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